Los envases biodegradables son una alternativa cada vez más popular para reducir el impacto ambiental de los residuos plásticos.
Pero, ¿qué son exactamente y cómo funcionan?
En esencia, un envase biodegradable es aquel que puede descomponerse en el medio ambiente en un plazo razonable de tiempo, sin dejar residuos tóxicos o dañinos. Esto significa que, a diferencia de los plásticos convencionales, que pueden tardar más tiempo en descomponerse, los envases biodegradables se descomponen en sustancias naturales como: agua, dióxido de carbono y composta.
Los envases biodegradables pueden estar hechos de diferentes materiales, como almidón de maíz, celulosa, fibras de madera o incluso hongos. Estos materiales son biodegradables porque son compuestos orgánicos que pueden ser descompuestos por microorganismos en el medio ambiente.
Sin embargo, no todos los envases que se venden como biodegradables son iguales. Algunos pueden requerir condiciones específicas para descomponerse, como una temperatura o humedad determinadas, lo que puede limitar su eficacia en ciertos entornos. Además, algunos envases pueden contener aditivos o químicos que los hacen más difíciles de descomponer, lo que reduce su efectividad como alternativa ecológica.
Es importante elegir el envase adecuado para nuestros alimentos, ya que esto no solo puede tener un impacto positivo en el medio ambiente, sino también en nuestra salud. Por ello escoger el material biodegradable o de algún tipo de plástico, dependerá del alimento que se va a envasar, el tiempo que se va a almacenar, las condiciones ambientales y uso que pueda tener después.
Los envases biodegradables son una alternativa más sostenible y cada vez se populariza más, es esencial investigar y elegir el tipo de envase adecuado, con el objetivo de garantizar la seguridad de nuestra salud y el cuidado del medio ambiente.
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